Las divergencias entre los dos grandes aliados occidentales, sus diferencias en concepciones estratégicas sobre la posguerra contribuyeron eficazmente a la polarización en torno a dos grandes superpoderes que encabezaron bloques de países de acuerdo con una delimitación claramente ideológica. Estos dos bloques no eran iguales en cuanto al nivel de poder de sus respectivas superpotencias. Mientras la URSS emergía como un superpoder en 1945 con 20 millones de pérdidas en vidas humanas, un tercio de su territorio occidental totalmente devastado y serios problemas en las líneas de comunicación interna y de integración de sus poblaciones en una unidad cultural, los Estados Unidos no habían sufrido invasión alguna, poseían la bomba atómica y contaban con la economía más fuerte y en expansión en el mundo.
Los países ocupados en Europa oriental, tanto los que habían sido aliados de Alemania como en los casos de Bulgaria, Hungría, Rumania como los que habían resistido la agresión nazi como Polonia, fueron organizados según el modelo soviético de Estado. El bloque occidental contenía las tres potencias que habían dirigido la política internacional desde el siglo XVIII: Francia arruinada, Inglaterra victoriosa pero exhausta por el esfuerzo de la guerra, Alemania dividida en tres zonas que fueron agrupadas años después en la República Federal de Alemania (la cuarta devino luego en República Democrática Alemana.)
Los elementos esenciales de la conformación del bloque occidental fueron la alianza atlántica y el Plan Marshall. Aún cuando la identidad del bloque reposaba en el sistema democrático, la existencia de un conjunto de países identificados como satélites de la URSS sólo recibió desafíos retóricos y las democracias de occidente evitaron incurrir en el riesgo de la confrontación con Moscú. Por otra parte, en dos importantes países occidentales, Francia e Italia, el Partido Comunista era el segundo partido más grande, en la República Federal de Alemania la política de neutralidad era adoptada como base para cimentar la nueva unidad nacional y en Gran Bretaña el movimiento pacifista era una fuerza de enorme proyección política y cultural.
Cada uno de los bloques tuvo expresión en el plano estratégico militar a través de sistemas de alianzas, el bloque oriental en el Pacto de Varsovia, el bloque occidental con la formación de una serie de pactos firmados durante la presidencia de Harry Truman. En 1947 se concluyó en Río de Janeiro el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca entre Estados Unidos y los países latinoamericanos. El 4 de abril de 1949 se firmó el pacto atlántico que dio origen a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) congregando a Estados Unidos, Canadá y Europa occidental. En 1951 se selló el ANZUS, la alianza de Estados Unidos, Australia y Nueva Zelandia. Otras alianzas complementarias fueron establecidas en el curso de los años 50: el Pacto de Bagdad (Irán, Pakistán, Irak) y SEATO (sigla en inglés de la Organización del Tratado de Asia Sud-oriental) con Filipinas y Tailandia.
El plan para la recuperación de Europa, conocido como Plan Marshall por el nombre del Secretario de Estado, organizaba la ayuda financiera de Estados Unidos a Europa (en realidad, estaba previsto para todos los países democráticos), sobre la base de proyectos concretos presentados por los países beneficiarios. El 5 de junio de 1947 Marshall propuso a los Estados europeos la creación de proyectos conjuntos. Los países europeos fundaron entonces en 1948 la Organización Europea de Cooperación Económica (OECE), reorganizada luego en 1960 como Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y en también en 1948, el Congreso de los Estados Unidos aprobó la Ley de Recuperación de Europa que proveía de asistencia financiera. El plan duró cuatro años y en ese transcurso Estados Unidos proporcionó 14 mil millones de dólares. Los resultados fueron altamente exitosos: no sólo Europa sobrepasó su producción del período anterior a la guerra sino que se sentaron las bases de la futura integración. Por otra parte, la economía de Estados Unidos se benefició especialmente de la reactivación económica europea. El Plan Marshall fue entendido por la administración Truman como una de las piedras fundamentales de la doctrina de la contención.
Por su parte los países de Europa oriental y la URSS quedaron integrados en una unidad económica bajo un sistema de planificación. En 1949 se organizó el Consejo de Ayuda Mutua Económica conocido por su sigla CAME o COMECOM.