Medio Siglo de Historia

Presentación

Prof. José Pedro Barrán
Vicepresidente del CODICEN

El Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de la Educación Pública, ha considerado impostergable que el sistema educativo uruguayo se aboque a la enseñanza de la Historia contemporánea mundial y uruguaya de la segunda mitad del siglo XX, expuesta hoy someramente y como último punto en los programas vigentes de Enseñanza Media y virtualmente ignorada en los programas de Enseñanza Primaria.

Este estudio es relevante desde el punto de vista pedagógico por versar sobre la contemporaneidad de los educandos, obvio interés de ellos y sus familias y porque el conocimiento de esa Historia es esencial para comprender los cambios ocurridos en la sociedad, la economía, la política y la cultura que han vertebrado el mundo actual, al grado que omitirlos es volver incomprensible la realidad.

Además, ese conocimiento histórico es clave en el caso de la Historia Uruguaya signada en esa segunda mitad del Siglo XX por la crisis y la recuperación de los valores de la democracia y los derechos humanos, acontecimiento este último que alude a nuestra identidad como nación.

A comienzos del Siglo XXI ya es posible abordar con bases científicas el estudio de esa Historia Contemporánea en virtud de la acumulación de conocimientos que la investigación académica ha producido, como lo demuestran el abundante material bibliográfico existente sobre ese período y los aportes de todas las Ciencias Sociales.

Es cierto que el estudio histórico de la contemporaneidad se presta al ejercicio de las pasiones políticas, pero debemos recordar las palabras del mayor de nuestros historiadores y primer presidente de este Consejo en 1985, el Prof. Juan E. Pivel Devoto, dichas en la sesión del Codicen del 18 de abril de 1988:

“La defensa de la laicidad no puede conducirnos, ni por asomo, a la adopción de medidas que excluyan de los programas los últimos 50 años de la Historia Universal. Los más cercanos a la hora que vivimos pueden enseñarse en las aulas, en sus grandes líneas, sin abrir juicios definitivos. El alumno debe estar habilitado para defenderse de la información o interpretación tendenciosa que le proporcionen ex -cátedra. En todo es aconsejable no confundir el laicismo con la asepsia y la objetividad con el oscurantismo.”

El CODICEN para facilitar el conocimiento de los aportes más recientes en la Historia Contemporánea, a sus docentes –maestros y profesores -, ha preparado dos herramientas: el curso por Televisión Nacional a cargo de nueve historiadores, los primeros calificados con riguroso criterio académico entre casi noventa aspirantes, y la Guía de Apoyo al docente sobre la Historia del Uruguay en la segunda mitad del Siglo XX, a cargo de tres investigadores, también los primeros calificados entre cuarenta y cinco postulantes.
Los profesores seleccionados son conscientes, precisamente por ser investigadores científicos de la Historia, de que sus conclusiones son, aunque fundadas en la investigación, opinables y provisorias, como lo es todo el conocimiento que desea ser considerado científico.

De su lado, el CODICEN no pretende que la Historia brindada por estas dos herramientas, sea la “historia oficial” ni una exposición de la “verdad”. Sus integrantes saben que el conocimiento científico del pasado siempre se está recreando y que sólo la investigación libre de cualquier clase de presiones es la capaz de acercarse a lo que aconteció.
Las visiones, versiones e interpretaciones que los citados investigadores brinden en el curso por televisión y en la Guía de Apoyo son, naturalmente, de su responsabilidad. El CODICEN, por respeto irrestricto a la libertad de cátedra cree que el derecho de los investigadores a exponer y defender sus puntos de vista es tan compartible como el que tienen los docentes receptores a cuestionar estas versiones del pasado.
Precisamente para facilitar el conocimiento fundado y las visiones críticas, los investigadores han preparado una bibliografía exhaustiva sobre cada gran tema abordado que se da a conocer en esta página WEB.

Por lo demás, los docentes receptores de estas clases lo percibirán, los investigadores ofrecen a menudo interpretaciones y versiones del pasado discordantes. Estas discordancias prueban la complejidad del saber histórico y también esperamos que alimenten el espíritu crítico, base de la auténtica laicidad.

Setiembre, 2006