Medio Siglo de Historia

LAS “TRANSICIONES” EN LA PERSPECTIVA BIBLIOGRÁFICA (+)

( III ) CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LOS PROCESOS DE TRANSICIÓN Y ESPECIFICIDAD DE LA TRANSICIÓN URUGUAYA: 10 rasgos

            1) La incertidumbre es el rasgo característico de los procesos de transición. Dado que las reglas de juego no están definidas de antemano sino que se trata de definirlas en el mismo proceso, a través de las posiciones de fuerza y/o la negociación. Justamente, en la transición se trata finalmente de acordar procedimientos satisfactorios para las partes en pugna que habiliten transitar una salida a la situación de facto. El riesgo de “involución” de la situación alcanzada es permanente, ya sea hacia el autoritarismo nuevamente o hacia el “desborde” provocado por alternativas radicales o democrático avanzadas no previstas, sobre todo por las Fuerzas Armadas. De allí, también, que el factor de la confianza-desconfianza entre los actores sea decisivo para alcanzar acuerdos estables en los procesos de transición y seguir avanzando. .
            2) Otro aspecto es la característica “negociadora” o “pactista” de los procesos de transición ya que ningún grupo es lo suficientemente fuerte como para imponer a los otros su propio proyecto. Por eso mismo, no hay derrocamiento del régimen dictatorial ni triunfo absoluto de la oposición democrática. Hay “concesiones mutuas” vía negociación y hay “inclusión” o “reincorporación” de los sectores más opositores o maximalistas a las nuevas reglas de juego democráticas.
            3) El papel central de los partidos políticos y de las fracciones mayoritarias opuestas a la dictadura ya que como resultado de las elecciones internas, la oposición se legalizó y legitimó para negociar una salida. En palabras de Charles Gillespie, “la “trayectoria” de Uruguay hacia la democracia llegó a depender casi enteramente de las estrategias de los políticos”. Así, también, la frecuente convocatoria a elecciones en esos cuatro años, la instalación de las convenciones de los partidos (enero 1983) y la prensa y revistas políticas opositoras, favorecieron el papel de la mediación partidaria. Y ello explica otro rasgo específico de la transición uruguaya: la notable restauración del sistema de partidos, confirmada por la elección de 1984.
            4) Las divisiones al interior de los bloques. Los estudiosos de la transición en América Latina enfatizan la importancia de la división en el bloque de poder entre “duros” y “blandos” y la imposición en esa puja de los sectores militares más aperturistas como una de las condiciones para abrir paso a las negociaciones con la oposición en la búsqueda de salidas. Tendríamos que agregar que, en nuestro caso, se constata también la división en el bloque de las fuerzas opositoras a la dictadura. Se da aquí que, por un lado, la posición del Partido Nacional de no negociar con los militares mientras su máximo líder estuviera preso (desde el 16 de junio de 1984), motiva el retiro de las conversaciones el 28 de marzo de 1984. Así, por primera vez en la historia, un partido tradicional no participa de un pacto y se incorpora al mismo la izquierda. En mayo de 1984, la Multipartidaria se reúne sin la participación del Partido Nacional a estudiar una nueva propuesta de salida de los militares.
            Las discrepancias también se trasladan a la relación entre dirigentes políticos de los partidos tradicionales y dirigentes sindicales. La realización del Paro Cívico del 18 de enero de 1984 lleva al retiro del Partido Colorado de la Intersectorial y a proponer a los dirigentes del Plenario Intersindical de los Trabajadores (PIT) un nuevo espacio de concertación con dirigentes políticos y sindicales (30 de enero 1984);