En las internas de 1982, en elecciones no obligatorias y con 273 listas presentadas
(202 en el interior y 71 en Montevideo), votó un 60.5 % de los inscriptos
y ¾ partes del electorado apoyó a las fracciones más opositoras
a la dictadura, particularmente dentro del Partido Nacional (sectores de “Por
la Patria” y “Movimiento Nacional de Rocha”). En el Partido
Colorado, emerge un nuevo sector y líder, “Libertad y Cambio” y
el Dr. Enrique Tarigo quien, junto al sector de “Unidad y Reforma” (Jorge
Batlle y Julio María Sanguinetti), obtienen también cerca del
70 % de los votos de la colectividad. Las fracciones de los partidos tradicionales
afines al régimen dictatorial logran, en conjunto, el 23 % del electorado.
La izquierda, agrupada en el Frente Amplio, tenía a sus partidos y grupos
integrantes ilegalizados y estaba proscripta del llamado a elecciones internas.
En las difíciles condiciones de la prisión del Gral. Seregni, la
ilegalidad y exilio, luego de un proceso de discusión y de posiciones
enfrentadas entre el llamado “voto programático”, que instaba
a apoyar en las internas a los dirigentes de los partidos tradicionales más
opositores a la dictadura (principalmente a Wilson Ferreira Aldunate), la decisión
se inclinó orgánicamente por el “voto en blanco”,
propugnado desde la cárcel por Líber Seregni y por la constituida
(y reprimida) Comisión Nacional de Ciudadanos por el voto en Blanco (19
de octubre de 1982). La continuidad de la identidad frenteamplista se expresó a
través de 85.373 voluntades en las urnas (el 6.8 % del electorado).
Un tercer momento importante en este proceso de transición, fueron las
negociaciones entre militares y políticos, que se oficializan a partir
de las conversaciones del Parque Hotel, el 13 de mayo de 1983. Luego de
siete reuniones (hasta el 5 de julio) en las cuales la Comisión de Asuntos
Políticos de las Fuerzas Armadas (COAMSPO) insiste en tomar como base
de acuerdo las mismas pautas de reforma constitucional que la ciudadanía
rechazó en noviembre de 1980, los partidos políticos se retiran
de la negociación.
El 6 de julio de 1984 comienza una nueva negociación entre políticos
y militares en la sede del ESMACO. Las mismas, un total de cuatro, se realizan
con la incorporación de delegados del Frente Amplio y se extienden hasta
el 26 del mismo mes. El gobierno, mediante el Acto institucional Nº 18,
legaliza al Partido Demócrata Cristiano y al Partido Socialista y desproscribe
a 6000 frentistas. El Presidente del Frente Amplio, Gral. Líber Seregni,
ya había sido liberado el 18 de enero de 1984, luego de estar 8 años
preso. Decenas de presos políticos que habían cumplido la mitad
de la pena comenzarán a salir en libertad.
Entre el 31 de julio y el 3 de agosto tienen lugar las negociaciones en el Club
Naval. Los Actos Institucionales 15 a 19 están vinculados a los acuerdos
y el Acto institucional Nº 19 (3 de agosto de 1984) cierra esos acuerdos
con un llamado a elecciones generales, aunque con proscripciones (alrededor de
5000 ciudadanos seguirán proscriptos y sin derecho al voto) y presos políticos
(alrededor de 300). El 28 de noviembre de 1984 tienen lugar los comicios después
de 13 años.
Finalmente, sobre los resultados de la elección de 1984: Votó casi
un 88% del electorado habilitado; el Partido Colorado (triunfador) obtuvo un
41,2% de los votos. Julio María Sanguinetti consiguió el apoyo
del 75,6% en la interna colorada y el 31,2% en el total de los votos emitidos;
el Partido Nacional, 35%; Frente Amplio (que fue con el lema PDC): 21,3%; Unión
Cívica, 2,5%, y luego siguen otros partidos menores.
Luis Eduardo González concluye: “la elección de 1984 fue
una restauración notable del sistema de partidos” (92); Juan
Rial, por su parte, definió esos resultados como “un triunfo del
centro”, reduciendo la polarización del sistema. Si en los partidos
tradicionales perdió el ala derecha; en el Frente Amplio perdió el
ala más radical de la izquierda. En síntesis: “los triunfadores
de los tres partidos fueron los políticos de centro”. (109)
Inmediatamente luego de las elecciones, Ferreira Aldunate es liberado, el 30
de noviembre de 1984, luego de haber retornado al país el 16 de junio,
tras 11 años de exilio. Permanece detenido seis meses en un cuartel en
la ciudad de Trinidad. En un discurso a la ciudadanía desde la Explanada
municipal acuña el concepto de “gobernabilidad” para con el
gobierno electo.
Finalmente, el 1º de marzo de 1985 asume la Presidencia de la República,
el Dr. Julio María Sanguinetti.