( II ) DESARROLLO LAS ETAPAS DE LA TRANSICIÓN URUGUAYA
Y ALINEAMIENTOS DE LOS PARTIDOS Y MOVIMIENTOS SOCIALES
Volviendo al análisis del proceso en nuestro país y sus etapas.
Dijimos que el resultado del plebiscito de fines de noviembre de 1980 abre la
transición política de la dictadura a la democracia.
El Plan Político Básico de las Fuerzas Armadas, que había
sido aprobado en el Cónclave de Santa Teresa (agosto de 1977), así como
los sucesivos Actos Institucionales, tenía un punto de apoyo fundamental
en la aprobación de una nueva Constitución con ciertas características
fundacionales, que legalizara el orden de facto y lo prolongara bajo la forma
de una “democracia tutelada”. Los 58 artículos de ese proyecto
son aprobados por la Asamblea Constituyente (el Consejo de Estado más
el Consejo de la Nación) el 28 de octubre del año ’80. El
Acto Institucional Nº 10 del 10 de noviembre de 1980 establece mayoría
simple para la aprobación de la Constitución a plebiscitarse 20
días después.
No deja de ser una situación inédita en el contexto regional de
la época: a) que la dictadura apelara a un método de democracia
directa –el plebiscito- para legitimar la continuidad o no del propio régimen
autoritario, con posibilidades de ser derrotada; b) que acatara el resultado
electoral expresado por la ciudadanía, y que procediera sin realizar fraude
directo, como lo hizo la dictadura de Pinochet en Chile en el mismo período;
c) que el pueblo se convirtiera en árbitro y se expresara, pública
y mayoritariamente, en contra del régimen, a pesar del miedo, la censura
de prensa y la gran campaña propagandística instrumentada a través
de los medios de comunicación a favor del “Sí” a la
reforma propuesta por el régimen.
Sufragó cerca del 85 % de los habilitados para votar: por el “No” lo
hicieron un 57.9 % de los electores (885.824 votos) y por el “Sí” un
42 % (643.858 votos).
Luego del resultado adverso en el plebiscito, el gobierno militar anuncia
la suspensión de toda actividad política y, a partir de diciembre
de 1980, se aboca a la elaboración de un nuevo plan que, recién
en julio de 1981, hacen conocer a algunos dirigentes como “Bases para el
diálogo”. Como bien señalan Gerardo Caetano y José Rilla,
si hasta allí el gobierno militar había buscado el apoyo a sus
planes sin los partidos políticos, apelando directamente a la ciudadanía,
ahora buscaría la interlocución de los partidos políticos
para negociar una salida a su crisis de legitimidad. Comienza aquí lo
que Luis Eduardo González llamó la 3ª etapa o etapa “transicional” de
la dictadura uruguaya.
Un hecho importante que hace a la evolución y caracterización de
las etapas de la dictadura uruguaya, es la asunción del Tte. Gral. Gregorio Álvarez
como Presidente, el 31 de setiembre de 1981. Desde el golpe de Estado del 27
de junio de 1973 y hasta ese momento, distintos civiles habían ocupado
dicho cargo, en carácter de titulares o interinos: Juan María Bordaberry,
Alberto Demichelli, Aparicio Méndez. Así, también, el proceso
militar y la propia conducción de las Fuerzas Armadas se habían
caracterizado por una dirección colegiada, apartándose de los liderazgos
de tipo personalizado como Pinochet o Videla en las demás dictaduras de
la región. La trayectoria del Gral. Álvarez, identificado con el
régimen desde el mismo momento del golpe, en tanto secretario del Consejo
de Seguridad Nacional (COSENA), del Estado Mayor Conjunto (ESMACO) y luego Jefe
de la Región Militar Nº 4 y Comandante en Jefe del Ejército,
no auguraban un proceso de fácil liberalización del régimen.
Un nuevo momento dentro de la etapa transicional resultó ser la aprobación
de la Ley de Estatuto de los Partidos Políticos por el Consejo de Estado
(el 3 de junio de 1982) y, en base a los mismos, la realización de elecciones
internas en los partidos tradicionales y la Unión Cívica a través
de lo cual la dictadura pensaba reorganizarlos “desde arriba” y recambiar
sus liderazgos tradicionales, favoreciendo a quienes eran partidarios del régimen.
La izquierda era proscripta de cualquier participación política.