( II ) Sobre la dictadura
Ateniéndonos a la división clásica de las formas de
gobierno entre buenas y malas, la dictadura es
una forma corrupta o degradada del gobierno
de la sociedad. La palabra “dictadura” proviene del derecho romano,
e inicialmente representaba una “forma de gobierno de crisis”, una
magistratura a término (6 meses) para superar una situación excepcional,
que requería el empleo de poderes extraordinarios para ello (la llamada
dictadura “comisarial”, al decir del autor alemán Karl Schmitt).
Una definición
clásica de otro autor, Franz Neumann, dice que: “Por dictadura entendemos
el Gobierno de una persona o de un grupo de personas que se arrogan el poder
dentro del Estado y lo monopolizan, ejercitándolo sin restricciones”.
La dictadura, entonces, es una forma de poder centralizado y arbitrario que se resume en el gobierno de un hombre: el dictador-persona (Franco, Stalin, Hitler, Mussolini), aunque también puede asumir la forma de un poder colegiado (por ejemplo, las juntas militares en América Latina). Es decir que la concentración del poder implica la fusión de los poderes del Estado (políticos, militares, administrativos, jurídicos, educativos, ideológicos, de política internacional) en un hombre o grupo reducido de hombres, y en pocos órganos estatales, que asumen atribuciones extraordinarias a las normales, sin garantías para el ejercicio de los derechos ciudadanos.