2- Norbert Lechner. Para este sociólogo germano-chileno, el “nuevo autoritarismo” es una reacción a dos momentos:
1) Externamente, al proceso de “internacionalización del capital” que transforma el proceso de acumulación local;
2) Internamente, a la agudización de la lucha de clases que desestabiliza la estrategia de dominación tradicional. Sostiene que el “nuevo autoritarismo” es una forma en la que se manifiesta la crisis del Estado en América Latina donde el Estado actúa como pura coerción y no como tradicional productor de consensos entre intereses sociales diversos.
Esa crisis estatal remite, en última instancia, a la heterogeneidad estructural
originaria de las sociedades latinoamericanas, que históricamente fueron
cohesionadas por el papel social o hegemónico del Estado de Bienestar,
populista o de compromiso. Esta función es ahora sustituida por el rol
estatal de gendarme y la imposición por la fuerza de la unidad social
bajo las dictaduras.
3- Atilio
Borón y la “militarización del Estado”.
Este autor argentino se refiere al siguiente rasgo de las nuevas dictaduras:
(cito) “Es
la propia institución castrense en su totalidad que “ocupa” militarmente
los aparatos de Estado proyectando su propia estructura orgánica de poder
sobre la organización estatal”. La “militarización
del Estado” es ese proceso de mixturación y/o yuxtaposición
de la estructura y personal de las Fuerzas Armadas con los órganos y el
personal ejecutivo y administrativo del Estado, dentro de un fuerte proceso de “aparatización” del
poder público.
En ese entorno, las FF.AA. actúan como “partido orgánico” o “partido del orden” cuando entran en crisis las fórmulas populistas o de “compromiso”, y cuando los regímenes militares carecen de base de masas y partidos que movilicen el apoyo social activo.
-Agustín Cueva y la cuestión del fascismo en América Latina. En esta caracterización, el sociólogo ecuatoriano traslada la definición elaborada por el 6º Congreso de la Internacional Comunista, en 1936, sobre el ascenso del fascismo en Europa, caracterizado por ser:
1) una salida terrorista y excepcional a la crisis del sistema capitalista;
2) la estructuración de un nuevo bloque de poder monopólico que representa la dictadura del capital financiero (la fusión del capital bancario con el capital industrial);
3) el desmantelamiento del Estado democrático y la reestructura autoritaria del mismo;
4) el ajuste de cuentas terrorista con el movimiento obrero y los sectores populares.
Las diferencias específicas entre las experiencias europeas y latinoamericanas, tienen que ver con: a) La falta de apoyo popular de los regímenes dictatoriales latinoamericanos que, por eso mismo, se sustentan en un aparato militar que ocupa los puntos estratégicos de la sociedad civil y los aparatos ideológicos del Estado;
b) La no existencia de una ideología nacionalista dado el carácter dependiente de los países del continente y las políticas desnacionalizadoras que aplicaron;
c) La sustitución del viejo capitalismo de Estado (antimonopolista y nacionalista) por el Capitalismo Monopolista de Estado.