Medio Siglo de Historia

LAS “TRANSICIONES” EN LA PERSPECTIVA BIBLIOGRÁFICA (+)

(IV) EL TEMA DE LA DEMOCRACIA EN LAS DISCUSIONES DE LA DÉCADA DE LOS AÑOS ’80-‘90
            Fue Norbert Lechner, quien en 1986 afirmó que: “Si la revolución es el eje articulador de la discusión latinoamericana en la década del ’60, en los años ’80 el tema central es la democracia”, y que este cambio era no sólo de tema u objeto de estudio sino una verdadera transformación de la perspectiva teórica y cambio en el ambiente intelectual.
Asimismo, dicha reflexión sobre la democracia no fue sólo latinoamericana sino que se insertó en procesos de democratización a nivel mundial que, a partir de los primeros años de la década del ’70, y luego a fines de los ’80, caracterizaron el desarrollo político en algunos países de Europa y en Europa del Este. Autores como Philippe Schmitter y otros, llamaron a esta etapa la “Cuarta ola de las democratizaciones” en el mundo, diferenciándola de las tres anteriores, porque: 1) es más larga (empezó en 1974 con la caída de la dictadura en Portugal y la transición en Brasil); 2) es más extensa (incluye de 32 a 38 casos de transiciones en varios países y continentes); es la más unidireccional (sin retrocesos inmediatos hacia la dominación autoritaria anterior). En todo caso, si algo resalta de toda esta reflexión es que los procesos de democratización que se abrían a mediados de la década de los ’80 en América Latina fueron pensados dentro de un verdadero “cambio de época”.
A mediados de los años ’90, un nuevo giro crítico (y pesimista) empezó a insinuarse en el pensamiento latinoamericano sobre aquellas elaboraciones positivas (y optimistas) acerca de la democracia en los procesos de transición de las dictaduras, una década atrás: el pasaje de la crítica al autoritarismo a la crítica a la democracia.
Marcelo Cavarozzi decía: “El principal problema ahora no es el de prevenir la reemergencia de los patrones autoritarios y de los regímenes del pasado reciente (…). El riesgo más grave de la década de 1990 es el de una continuada degradación y marginación social y la intensificación de los procesos de desorganización económica”. Guillermo O´Donnell habla de “democracias delegativas” como un subtipo de democracia caracterizada por la existencia de libertades democráticas (políticas) efectivas mientras que las libertades liberales (básicas) son sistemáticamente negadas. De allí, también, la emergencia de un tipo de ciudadanía “pasiva”, de “baja intensidad” o de “electores-delegantes” y una concepción y práctica del “poder ejecutivo que presupone que éste tiene el derecho delegado por el electorado: de hacer lo que le parezca adecuado”. 
En todo caso, el pasaje de los regímenes autoritarios a los regímenes democráticos no significaron un antes y un después absolutos como la visión optimista resaltaba: la revuelta “carapintada” en Argentina y el alejamiento anticipado del gobierno electo del Dr. Raúl Alfonsín; la destitución del Presidente Color de Mello en Brasil; la imposibilidad en Chile de reformar la Constitución heredada de la época pinochetista; la aprobación de leyes de Obediencia Debida, Punto Final y de Caducidad; los fenómenos neopopulistas de Fujimori en Perú y Menem en Argentina, y otros hechos empezaban a mostrar las limitaciones de las nuevas democracias posdictaduras.
            Estas limitaciones de las democracias recuperadas también se inscriben en los profundos cambios introducidos por la globalización de las economías y por el pasaje a la matriz “productivista-consumista” que profundiza la segmentación de las sociedades nacionales, el debilitamiento del tejido social y de las identidades culturales.